La segunda ciudad en tamaño e importancia de Mendoza, de donde son originarias tradicionales familias de la industria vitivinícola, conserva su sosiego y tranquilidad originarias: aquí la siesta es regla y el estrés un término y un estado casi desconocidos. Los lugareños viven a otro ritmo, el que le dictan los paisajes encantadores que los rodean. Ubicada a 600 metros de altura y a la vera del Río Diamante, San Rafael dispone de buena oferta hotelera, gástronómica y también de mucha aventura. Es el punto de partida y llegada de las excursiones a famosos lugares turísticos como el Cañón de Atuel, el Valle Grande y el embalse El Nihuil, sitios en los que se puede practicar desde rafting, windsurf, trekking y buceo, según el caso.